Agapornis Madrid

Bienvenido amante de los agapornis:
En este blogg tienes la posiblidad de enontrar distinta información sobre este tipo de aves.
También si estas interesado en adquirir un ejemplar de agapornis puedes solicitarlos, ya que están disponibles durante todo el año.
Si eres eres amante de estos animales este es tu sitio, y si estás dispuesto a tener un agapornis con el que compartir momentos alucinantes no te lo pienses más y adquiere el tuyo.
Para cualquier cosa teneis mi mail: jorge_contreras_palacios@hotmail.com
Un saludo a todos.
Jorge.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Nuestro Amigo El Agapornis Roseicollis

Descripción

El Agapornis Roseicollis dispone de un plumaje de color verde; la frente y la cara son rojas mientras que las mejillas, el pecho y la garganta son de color rojo rosado; el cuerpo, el abdomen y las infracoberteras caudales son verde amarillentas; la rabadilla es azul brillante, y las infracoberteras alares son verde pálido con reflejos azules; la parte superior de la cola es verde con las plumas externas con una banda naranja, la parte inferior de la cola es azulada, la zona perioftálmica es gris, pico de color carne, iris marrón oscuro y patas grises.
La subespecie Agapornis roseicollis catumbella es similar a la subespecie nominal (Agapornis Roseicollis Roseicollis), pero destaca en él un plumaje de color verde mucho más intenso. La cabeza presenta un color rojo más llamativo. La coronilla, mejillas, garganta y zona superior del pecho son más rosadas. Aún así, en las especies de cautividad es prácticamente imposible distinguir una subespecie de otra ya que con la gran variedad de mutaciones de color verde que existen no podemos saber de que subespecie se trata.
La hembra es prácticamente igual que el macho, de hecho no existe ningún dimorfismo sexual entre ambos; aun así hay algunos autores que consideran que las hembras de Agapornis roseicollis son de mayor tamaño que los machos, aunque es algo que realmente es muy difícil de distinguir. Un método que es muy efectivo es el de los huesos de la pelvis, estando en las hembras más abiertos que en los machos.
Los jóvenes son similares a los progenitores, aunque presentan la base del pico de color negruzco que se va aclarando conforme va adquiriendo el color de adulto. Además los colores de la cabeza son de tonos más rosados y el plumaje verde del cuerpo es más oscuro. 

Hábitat Natural

Distribución geográfica y hábitat
El inseparable de cara de melocotón (Agapornis Roseicollis) tiene su área de distribución desde el sudoeste de Angola hasta Namibia, en África del Sur. La subespecie
Agapornis Roseicollis roseicollis se extiende al norte de la provincia de El Cabo hasta Namibia. También se los ha visto en Botswana, aunque en poblaciones muy reducidas, y de las cuales no se sabe con certeza si existen todavía. La subespecie
Agapornis Roseicollis catumbella esta presente en el sudoeste de Angola. Las poblaciones de ambas subespecies son comunes en determinadas regiones.
Su hábitat son las zonas áridas y rocosas con presencia de árboles y arbustos, a altitudes que van desde el nivel del mar hasta los 1.600 m aproximadamente; también se pueden observar en palmerales, en áreas de cultivo y en las cercanías de zonas habitables (como campos de cultivo) que tengan cursos de agua. Son aves que nunca se verán lejos de zonas con agua, y cuando les falte recorrerán largas distancias en busca de ésta (ríos, grandes charcas, etc., a la que acuden constantemente durante el día).
Alimentación
Los agapornis roseicollis se alimentan principalmente de semillas, especialmente de las semillas de Acacia y Albizia; así como de bayas, brotes tiernos y yemas de plantas (entre las que destacan las del género Euphorbia). También se alimentan de frutas y de los granos (especialmente maíz y girasol) de los campos de cultivo donde suelen causar daños importantes. Pero sólo se quedaran en estos campos de cultivo y alrededores siempre que existe agua abundante cerca, de lo contrario volarán en busca de ella.
Comportamiento social y reproducción
Los agapornis roseicollis son aves que se agrupan en pequeñas bandadas de hasta 12-15 individuos, y solo en muy raras ocasiones se agrupan un gran número de individuos. Son aves muy activas y ruidosas, y constantemente se producen peleas dentro del grupo; las parejas siempre permanecen cercanas el macho de la hembra, los cuales se acicalan mutuamente con bastante regularidad. Estos agapornis son aves nómadas que realizan paradas en zonas donde hay agua y que solo abandonaran cuando ésta se agote.
La estación de cría comprende desde febrero hasta mayo, siendo aves que crían en colonias; anidan en las grietas o en los nidos de los tejedores (Philetarius socius, Plocepasser mahali). Transportan el material para el nido en el pico o entre las plumas; el material consiste en corteza desmenuzada, pequeñas ramitas, briznas de hierba, etc. La puesta es de 4 a 6 huevos y la incubación dura 23 días, realizada exclusivamente por la hembra.
Estatus
El inseparable de cara de melocotón no está globalmente amenazado, y hasta este año estaba incluido en el Apéndice II (Anexo B) del Convenio CITES. Pero, afortunadamente, el Reglamento 1332/2005 que se publicó el 19 de agosto de 2.005 excluía de cualquier Apéndice (Anexo) del Convenio CITES al Agapornis roseicollis. Digo afortunadamente porque esto quiere decir que existe el suficiente número de ejemplares en cautividad que no es necesario importarlos, lo cual es una ventaja pues es un paso para evitar que esta especie llegue a extinguirse por culpa de las importaciones. Aunque hay que seguir luchando para evitar la deforestación, los incendios y otros problemas que ponen en peligro la supervivencia de esta y todas las especies animales y vegetales que existen.  

Alojamiento

Los agapornis roseicollis son aves muy activas y resistentes, las cuales preferentemente deben alojarse en parejas o pequeños grupos. Están constantemente desmenuzando la madera por lo que se aconseja suministrarles corteza y ramitas de árboles frutales periódicamente. Dentro de la bandada suelen producirse pequeñas peleas entre ellas que no van más allá de una serie de chillidos estridentes y prolongados. Les encanta el agua tanto para beber como para darse unos buenos baños sobre todo en los meses más calurosos.
Estos agapornis pueden alojarse en aviarios con unas medidas mínimas de 2 x 1 x 2 m, si es en pequeñas bandadas o en jaulas espaciosas de un metro cuadrado aproximadamente si en parejas. En zonas de temperaturas extremas es necesario resguardarlos de las heladas y las corrientes de aire frío, siempre por encima de los 10º C. El nido no es necesario quitárselo una vez terminada la época de cría, ya que lo utilizarán para dormir durante la noche y los protegerá en las noches frías.

Alimentación

La alimentación de los agapornis roseicollis es fundamenta para su salud. A estos agapornis se les puede suministrar una mezcla de semillas de mijo, mixtura de canario, girasol y cáñamo, así como el mijo en rama; ocasionalmente le podemos suministrar brotes de hierbas y de mijo, y una gran abundancia de frutas, verduras y hortalizas.
Durante la época de cría les podemos suministrar galleta y pastón de huevo. A los jóvenes es recomendable suministrarles vitamina C y suplementos minerales. 

Reproducción

Los agapornis roseicollis son aves muy fáciles de criar y de mantener, y pueden llegar a criar durante casi todo el año si están en unas condiciones óptimas. Para ello es necesario proveerles constantemente de ramas de árboles frutales, sauce llorón, palmera, pino, etc. para que puedan construir el nido, que tras desmenuzarlos transportarán entre las plumas hasta el nido. La puesta media de un agapornis roseicollis es de 3 a 6 huevos y la incubación dura unos 21 días. Es conveniente suministrarles mineral ya que de lo contrario los jóvenes pueden nacer con deficiencia de plumas.

AGAPORNIS

El agaporni, también llamado 'inseparable' (por su monogamia) y 'pájaro o lorito del amor', es un ave que llama la atención por el llamativo colorido de su plumaje. Podemos encontrar bellos ejemplares a partir de los 10 centímetros de altura y una de las características de su morfología más apreciada es su pico. La orden a la que pertenece es la de los Psitaciformes y pueden llegar a desarrollar la capacidad de emitir sonidos por imitación, pero no de hablar tal y como lo harían sus parientes los loros. Su llegada al continente europeo se produce alrededor del año 1820. A su increíble belleza se le une un carácter vivaz, alegre, cariñoso, sociable y juguetón.
La versatilidad de sus patas hace que los agapornis puedan utilizarlas indistintamente como pies y como manos, por eso no es de extrañar que las utilicen, además de su pico, para alimentarse y también para andar por la jaula. La longevidad de los pájaros del amor es bastante alta, llegando a cumplir quince años los ejemplares que han sido cuidados a conciencia evitando enfermedades. Uno de los problemas que presentan es, a la hora de la reproducción, la diferenciación de sexos, aspecto que dejaremos en manos de expertos.

La casa del agaporni
Hay que tener muy presente que se trata de aves exóticas procedentes de las zonas tropicales africanas y, por tanto, acostumbradas a otro tipo de hábitat muy diferente al de una vivienda. No obstante, suelen aceptar sin problemas la cotidianeidad. Además, es preferible que haya pasado un mes y medio desde su nacimiento para que así puedan comer por sí mismos. La jaula debe tener una anchura de 60 centímetros en adelante y tenemos que olvidarnos de la coexistencia con otras aves como canarios o periquitos puesto que no admiten la convivencia con especies diferentes. Es vital que la 'casa' del nuestro amigo alado se airee y no esté expuesta a malos olores.

El material de la jaula deberá ser preferiblemente metálico, puesto que las maderas pueden albergar con el tiempo restos de comida o suciedad de los excrementos que pueden desarrollar enfermedades que afectarían a nuestro pequeño amigo. Cuidaremos también su ubicación debido a las temperaturas extremas y a los posibles cambios en la misma. Además no la dejaremos al alcance de otras mascotas que tengamos en nuestro hogar, como perros o gatos. Durante el día pondremos la jaula al sol indirecto un rato, mientras que por la noche protegeremos a nuestro agaporni cubriendo la jaula con una tela que evite las corrientes de aire nocturnas y la visita de mosquitos.
En cuanto al 'mobiliario de la casa' de este simpático lorito, deberemos colocar varios elementos para que la mascota pase su cautividad de la mejor manera posible. Tenemos que armar la jaula con perchas donde los agapornis puedan apoyar sus patas, saltar de una a otra, asegurándonos de la higiene y buen estado para evitar parásitos e infecciones, por eso no dudaremos en usar cepillos y desinfectantes que nos faciliten la labor de la limpieza. Cuidaremos mucho de los bebederos, que contarán siempre con agua potable; comederos, donde el alimento nunca será escaso, y un pequeño rincón para que el pájaro pueda asearse a modo de bañera.

Un dieta equilibrada
Las semillas son el alimento por excelencia de los pájaros, constituyendo un menú perfecto las de avena, alpiste, girasol e, incluso, una mezcla de las mismas. Pero para completar la dieta de esta simpática ave, nada mejor que darle de vez en cuando alguna fruta, como manzana, o verduras como la zanahoria. Deberemos lavar bien este tipo de comida y dársela en trozos pequeños para que no se atragante. En cuanto al calcio, se descartan los alimentos lácteos, puesto que un exceso de los mismos puede generar desde la pérdida de las plumas hasta el fallecimiento del agaporni, por eso recurriremos al hueso de jibia y también a las papillas a base de huevo, que fortalecen notablemente a los agapornis en su crecimiento.


Una familia muy numerosa
El agaporni es un animal del que se cuentan más de 300 especies diferentes, pero la mayoría de las clasificaciones contemplan como las más conocidas las siguientes:

* Agaporni Fischer (15 cm.), cuyo origen está en las cercanías del gran lago africano Victoria. Su alimentación, a parte de las recurrentes semillas, admite también algunas verduras y frutas. El ejemplar femenino es un poco más grande que el masculino. Su colores básicos son: abdomen amarillo, plumas verdes y cuello y frente anaranjado. Su longevidad alcanza los ocho años. En cuanto a la reproducción, no tiene problemas en la cautividad, llegando a nacer hasta cinco polluelos que son independientes tras un mes y medio aproximadamente.
* Agaporni Roseicollis (de 15 a 17 cm.), es un ejemplar que gusta mucho de semillas como girasol avena, mijo y, por supuesto, alpiste. La tonalidad de su cuerpo es verde, pero también se aprecia un cuello rosa y plumas rojas. Un híbrido de esta especie presenta cuello rojo y cuerpo de color amarillo. La cría se lleva a cabo sin ningún tipo de problema con una incubación de unos 23 días.
* Agaporni Personata (14 cm.), al que también se le llama 'enmascarado' por su blanco anillo ocular. Puede llegar a vivir una década y su desarrollo no presenta incidencias si se siguen unas pautas de higiene marcadas. Su reproducción es igual que la del Roseicollis. Por último, señalar que los colores por los que se le reconoce son verde en el cuerpo, amarillo en el pecho y negro en la cabeza. También tiene una mutación que colorea su pecho de gris y su cuerpo de azul.
* Agaporni Cana (13 cm.), que hunde sus raíces en Madagascar. Es muy famoso por su cabeza grisácea y por el color verde de las hembras. Un dato curioso que destaca de su reproducción es que la época de cría es el invierno en occidente, para adecuarlo a su lugar originario en el hemisferio sur. Su dieta se compone también de frutas, verduras y abundantes semillas. Se convertirá en una agradable compañía durante un periodo de hasta ocho años.
* Agaporni Taranta o de Abisinia (17 cm.), quizá la especie más común dentro de los adorables pájaros del amor. Coincide en la línea de la monogamia y de la reproducción general del resto de sus 'parientes'. Su desarrollo será perfecto si consideramos en su alimentación diaria las semillas más comunes y también alguna fruta o verdura extra. Su cuerpo es verde y su frente presenta una tonalidad media entre el salmón y el rosa.

Reproducción
A pesar de que podemos aumentar la familia de nuestro agaporni a partir del primer trimestre de vida, los expertos recomiendan como fecha óptima para el comienzo de la reproducción el año de vida. Tendremos que preparar nidos artificiales y para ello nos ayudaremos de los materiales que nos proporcionan las tiendas de animales, dejando aconsejarnos por ellos.

La puesta de la hembra deriva automáticamente en la incubación de los huevos cuyo número puede llegar a alcanzar ocho, a los que la futura mamá dará calor hasta su eclosión tras una media de 25 días. El plumaje con el que nacen los pequeños agapornis se va perdiendo y el definitivo comienza a dejarse notar a partir de la cuatro primeras semanas de vida.
Si quieres disfrutar de las bellas tonalidades de un pájaro de reducidas dimensiones, nada mejor que elegir al agaporni como compañero. Sus alegres trinos te divertirán durante mucho tiempo siempre y cuando le proporciones todos los cuidados necesarios para que permanezca sano y en las mejores condiciones.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Construcción de módulos de cria

cómo hacer modulos de cria para agapornis

Según donde vayamos a colocar los módulos elegiremos unos materiales u otros, por ejemplo para exterior es mejor usar ángulos o perfiles metálicos taladrados de 2m de largo y 35 mm de ancho; para interior aparte de estos perfiles podemos usar listones de madera. Yo prefiero los metálicos por su fácil montaje con tornillos. El suelo de cada módulo puede ser de una bandeja de estanterías metálicas al igual que los perfiles, pero dado su alto precio (unos 11 euros las de 1m x 0.5m) prefiero poner tablas de madera o aglomerado más frecuentemente de las mismas medidas de un grosos aproximado de 16mm que se suelen encontrar en la calle cuando la gente tira armarios y cosas así. Las tablas que actuarán de bandejas las cortamos a esta medida con una sierra de calar eléctrica, previamente debemos lavarlas bien para retirar cualquier suciedad o producto químico tóxico.
Procederemos con el montaje: cogemos un perfil metálico y lo cortamos a la mitad con una radial (nos salen dos trozos de 1m), estos serán los perfiles que darán soporte al techo de la unidad de módulos( a lo largo); cogemos 3 perfiles y los cortamos cada 50cm (de cada perfil nos salen 4 trozos de 50cm). Los ensamblamos con tornillos y tuercas con 4 perfiles más que actúan de pilares de esta forma, esto nos da la posibilidad de hacer los módulos de cría con el ancho que queramos.
Una vez montados se colocan las tablas y se atornillan a los laterales de lo ancho de 0.5m con 2 tornillos pasantes a cada lado, se le hace un taladro en el borde de la tabla que coincida con uno de los taladros del perfil lateral, se coloca la tuerca y listo. Atornillar fuertemente para que la estructura quede lo mas rígida posible, si fuese necesario colocar escuadras en cada vértice de los 4 superiores de la estructura.
Cuando ya este todo perfectamente atornillado podemos colocar una especie de zócalo alrededor de los laterales y parte trasera de la unidad de unos 5 cm de ancho, también será de madera (recomendable un panel fino o metacrilato de 5mm); lo colocamos con pequeñas puntillas en cada tabla, esto tendrá la utilidad de que podamos poner tierra o arena en el fondo de cada módulo y que así no se caiga al suelo, además cuando pongamos material de nidificación en el interior de dichos módulos no se caerá tampoco, con el consiguiente ahorro de tiempo y esfuerzo a la hora de limpiar nuestras instalaciones.
Ahora procederemos a revestir toda la unidad con malla metálica electrosoldada de un tamaño de cuadrado de 13x13mm, 16x16mm o 19x19 mm según nuestros gustos y nuestro bolsillo. Para la parte trasera cortamos 2m de malla (recordar que el ancho de estas mallas suele ser de 1m generalmente así que viene perfecto); colocamos la malla en la parte posterior lo mas alineada posible con los perfiles verticales y la sujetamos fácilmente con bridas de plástico (las compramos en los bazares de los chinos que son muy baratas) cada 15 cm aproximadamente a lo largo de dichos perfiles, y a lo largo del perfil horizontal que queda en el techo; para amarrar la malla a las tablas que actúan de bandejas basta con hacerle unos pequeños agujeros con el taladro a dichas tablas y pasarle las bridas, así no quedaran huecos posibles por donde se puedan escapar las aves.
Más tarde haremos la misma operación pero ahora con los laterales de la unidad, para ello cortamos de nuevo 2m de malla metálica y este trozo a su vez lo cortamos longitudinalmente para que nos salgan dos trozos de 50cm de ancho y 2m de largo. El último paso es colocar la parte frontal de tela metálica pero antes es recomendable poner otro pequeño zócalo de 1m de largo y 5cm de ancho como el anterior, pero esta vez mejor que la madera sea mas gruesa (unos 10 mm). Lo que haremos es atornillarlo en el margen izquierdo de la tabla que actúa de suelo y hacerlo reposar mediante una alcayata en el margen derecho, esto nos permitirá poderlo levantar a modo de compuerta para que se pueda limpiar el interior del módulo con más facilidad
Ahora ya sí podemos poner los frontales de tela metálica, pero esta vez de forma individual y no de manera seguida como en el caso de la parte posterior, cortamos un trozo de tela metálica de un poco menos de 50 cm (seguir recordando que tiene 1m de ancha) según el ancho del zócalo, por ejemplo el módulo de cría tiene de alto 50 cm y el zócalo tiene 5cm, deberíamos cortar la tela a 46 cm para que quede un poco por debajo del zócalo y que no se levante y por tanto no haya huecos.El último paso sería poner una puerta o dos según nuestras necesidades, se pueden fabricar de panel de contrachapado de 6mm por ejemplo o de una madera fina, una medida aproximada puede ser 25 cm de larga por 18 de ancha, lo que hacemos es recortar de nuestro panel un rectángulo de estas medidas, en él hacemos otro recuadro a 3 cm de su borde.
Para recortar del recuadro mayor el rectángulo pequeño hacemos 4 agujeros con un taladro en sus 4 esquinas para que pueda introducirse en ellos la hoja de la sierra de calar eléctrica, lo cortamos con cuidado y después lijamos las esquinas para que no queden rebordes
Una vez hecho esto tenemos un marco de 25cm de ancho por 18 cm de alto y un rectángulo pequeño con las esquinas romas, lo que hay que hacer ahora es poner una pequeña bisagra en el margen izquierdo para permitir la apertura y cierre de la puerta. Para el cierre basta con hacer dos pequeños taladros en el margen derecho (uno en el rectángulo interior y otro en el marco exterior) por el que introduciremos un alambre. Ya sólo queda colocarla también mediante bridas en el lugar deseado del módulo, para ello basta con hacer 4 taladros en las esquinas del marco, y recortar la tela metálica del frontal acorde con el hueco que quede dentro de la puerta.
Simplemente falta colocar las perchas para los pájaros, yo uso ramas naturales de 50cm de larga, se le hace un taladro en cada extremo y se amarra a la malla metálica a la altura deseada de nuevo con bridas, los comederos, bañeras, recipiente con grit, y jibia se colocan por dentro, y el bebedero se coloca por fuera con un alambre alrededor que lo sujeta a la malla.
Bueno espero que este esfuerzo realizado en hacer este artículo os sirva de mucho y que construyáis vuestras propias jaulas, de todos modos esto es una idea básica, lo mas importante es vuestra imaginación, podréis utilizarla para añadir mejoras o estilos personales a este diseño que es el que uso en mis instalaciones.
Aqui os dejo algunas fotos
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El coste económico de estos 4 módulos ronda unos 40 euros, los materiales que necesitamos son:
* 15m de perfiles metálicos: 3.5€ c/u
* 6.5m malla metálica electrosoldada: 2€/m
* 50-60 tornillos cortos para la unión de los perfiles: 5 cent/u

* 16 tornillos largos para unir las tablas (suelo módulo) con los perfiles laterales: 5 cent/u

* 4 bisagras: 40 cent/u

Roseicollis

Lugar de origen

Este agaporni fue descubierto al suroeste de África en 1793. Allí vive en grupos de entre 20 y 30 individuos. Normalmente crian en nidos de tejedores abandonados, asi evitan el tener que transportar material de nidificacion. En 1955 fue reconocida y descrita una subespecie del agapornis roseicolli, llamada agapornis roseicolli catumbella, la cual es similar al roseicolli, salvo porque es algo mas pequeña, con colores mas intensos y el pico un poco anaranjado

Descripción

El agapornis roseicollis mide aprox. 16 cm., son principalmente verdes. La mascara es rojo intenso en la frente diluyendose un poco conforme va bajando hacia el pecho.La rabadilla es azul y en la colla tiene algunas manchas rojizas. Pico color hueso, dedos grises y uñas grises oscuras casi negras
agaporni roseicolli verde (27K)

Comportamiento

Es un ave ejemplar como mascota, pero hay que tener cuidado con sus compañeros de hogar, ya que es muy territorial y no se lo pensara dos veces antes de atacar a otra ave que no sea su pareja, con la cual, crea un gran vinculo. En época de cría y/o con nidos a su alcance, se vuelven más territoriales aun. Hay que tener especial cuidado al meter nuevos agapornis, ya que los antiguos inquilinos tienen la jaula o aviario como propio, por lo que es recomendable que estén un tiempo viéndose y oyéndose antes de tener contacto físico. Una buena practica puede ser que estén en jaulas separadas, pero una al lado de la otra, así deberían estar unos días, al menos una semana, después, cuando tengas tiempo de estar pendientes de ellos (un domingo por ejemplo), los juntas y los vigilas

Emplazamiento

Si queremos el agapornis como mascota, hay infinidad de jaulas que puede adquirir, o incluso hacer una nosotros mismos si somos manitas. A la hora de comprar una jaula para agapornis, hay que tener algunas cosas en cuenta. Lo primero es el tamaño, la jaula mientras mas grande sea, mejor, ha de tener sitio para una bañera(a los agapornis, les encanta bañarse), también debe tener sitio para alguna rama natural(La cual será picoteada por nuestro agaporni hasta ser destrozada), debe tener perchas de distintos grosores, para ejercitar los músculos, si se puede elegir, los barrotes que sean horizontales(ya que a nuestra mascota le encanta trepar, y en los verticales no podría), debemos proporcionarle algún juguete(no por ser caro, será mejor, una cuerda le proporciona mucha diversión, un tubo por el que pueda pasar... echa a volar tu imaginación, eso si, evitar los espejos)
Si lo que queremos es criar con ellos, se puede hacer en jaula o aviario.
Si se hace en aviario, debemos recordar no poner demasiadas parejas, si no, tendremos un problema con las peleas, al igual pasa con los nidos, debe haber mas nidos que parejas, y a ser posible que estén todos a la misma altura, así evitaremos peleas. En caso de tener distintas especies, es recomendable que cada una este en distintos aviarios, si no es posible que se mezclen y criemos híbridos. Si el aviario es de exterior, ha de tener un refugio para los días de frío y lluvia, en el que han de estar los nidos y la comida.
Si por el contrario, va a criar en jaulas, unas medidas aceptables serian 80x40x40, pero recuerde que mientras mayor sea, mejor estarán ellos.
En época de cria, los agapornis deben tener a su disposición ramas de palmera, de sauce, de bambú...., este será el material de construcción para el nido, un nido de 20x20x28(estas medidas son aproximadas), pasta de cria, comida variada, fruta y verdura, agua, hueso de jibia, y si tiene germinados, mejor.

Agapornis

Agapornis es un género de aves de la familia de los loros (Psittacidae). Se les conoce vulgarmente como inseparables. El nombre científico tiene su origen etimológico en el griego: lo toma de las palabras ágape (amor) y ornis (pájaro), y lo deben a sus fuertes vínculos de pareja: el macho y la hembra pasan mucho tiempo juntos y con frecuencia se arreglan las plumas uno al otro; su posición en pareja, cabeza contra cabeza, es característica.
Son miembros pequeños y de gran colorido de la familia de los loros. Las 9 especies son pequeñas, con un tamaño que va de los 13 a los 16 cm, según la especie; y con cola corta y cuerpo sólido.
Se alimentan de semillas, frutas y brotes y, lo que es inusual en los loros, construyen un nido, en lugar de poner sus huevos en un agujero descubierto. Viven hasta 15 años.
Están presentes en el África subsahariana, Tanzania, Kenia y Madagascar.